jueves, 27 de febrero de 2014

Atrévete a reparar los elementos dañados de tu placa base

Sumario
Consejos para evitar posibles fallos
1. Campos electromagnéticos
2. Ojo con la carga estática

Cambia la pila cuando sea preciso
3. Los síntomas de que algo no va bien
4. Cómo proceder ante su instalación

Reemplaza los condensadores quemados
5. Con una soldadora
6. Sujeción del nuevo condensador.

Placa base
Algunos de los fallos más habituales con que llega un PC al taller de reparación se localizan en la placa base. No obstante, no siempre hay que acudir a un especialista y muchos los podréis solventar vosotros mismos.

Nivel: Intermedio

Las placas base no han escapado al abaratamiento que han sufrido la mayor parte de los componentes de los ordenadores, debido al desarrollo tecnológico y al impulso de la fabricación masiva a bajo coste. Actualmente, podemos encontrar en el mercado decenas de placas por menos de 60 euros. Y eso es bueno, porque significa que incluso las personas con presupuestos modestos podrán acceder a un PC, al mismo tiempo que los entusiastas y los aficionados más exigentes también tendrán a su disposición placas base cuidadas hasta el más mínimo detalle y en cuya fabricación, en algunos casos, se han utilizado componentes de gran calidad avalados por certificaciones militares. Eso sí, algunas de ellas superan con holgura los 400 euros.

Teniendo presente esta disparidad de precios, es muy razonable preguntarse cuándo merece la pena arreglar una placa base. Nosotros creemos que si la reparación conlleva la sustitución de algún componente, como un condensador, solo merece la pena en aquellas de alta gama, por las que hemos afrontado un desembolso considerable. De lo contrario, nuestra inversión se iría al traste.

Un cambio puede llevar a otros

Hay otro escenario muy interesante en el que la reparación también cobra sentido. La placa base cohesiona todos los elementos del PC, por lo que un cambio de esta envergadura con frecuencia acarrea la sustitución de otros componentes. Ilustrar esta situación no es difícil. Imaginemos que tenemos un ordenador que tiene tres o cuatro años, y por el que en su momento pagamos 999 euros. Probablemente, seguirá siendo un equipo competente, capaz de ejecutar buena parte del software actual, aun cuando carezca de componentes de alta gama. Si, por ejemplo, se quemase un condensador de la placa base, podríamos sopesar la posibilidad de comprar una nueva y, así, reemplazar la dañada. El problema al que nos podríamos enfrentar es que la mayor parte de las placas base actuales utilizan memoria DDR3 y están preparadas para trabajar con microprocesadores de AMD o Intel relativamente recientes.

Placa base
En esta tesitura, es probable que, además de afrontar el desembolso que conlleva la compra de una nueva placa, nos veamos obligados a adquirir también módulos de memoria de última generación y un procesador más moderno. Puede que, incluso, se vea involucrado algún otro componente. La inversión sería elevada y, en cualquier caso, mucho más abultada que la exigida por la reparación de la placa, a menos que acudamos al mercado de segunda mano y encontremos a buen precio una placa base de características similares a la nuestra.

Lo realmente importante de este escenario es que debemos ser conscientes de que con un cambio de placa podemos vernos arrastrados a través de varios cambios consecutivos en cascada. Por esta razón, si tenéis algún problema con vuestra placa base, sopesad detenidamente todas las posibilidades. Como veréis a continuación, algunas reparaciones no son difíciles de acometer y nos pueden ahorrar mucho dinero.

Consejos para evitar posibles fallos

1. Campos electromagnéticos

La mayor parte de los componentes que están emplazados en una placa base son especialmente sensibles a la electricidad estática y los campos magnéticos. Ambos fenómenos son muy habituales hoy en día. De hecho, por ejemplo, basta que demos unos pasos descalzos arrastrando los pies por una alfombra o moqueta para que acumulemos en nuestro cuerpo carga estática.

Y si cabe, los campos magnéticos son aún más frecuentes. Obviamente, los cables de alimentación de nuestros electrodomésticos y equipos informáticos son conductores, y no siempre están bien aislados, por lo que en su ámbito de influencia suele generarse un pequeño campo magnético. También aparecen cerca de los altavoces, especialmente si son de alta gama, pues todos ellos utilizan potentes imanes (los mejores son los de neodimio) para transformar la energía eléctrica que reciben desde la sección de amplificación en la fuerza motriz que provoca el desplazamiento del diafragma. Esta transformación de energía, que es el cometido de cualquier transductor, es en última instancia la responsable de que, a partir de energía eléctrica, obtengamos energía acústica, y, por lo tanto, sonido.
Nuestra intención no es entrar en detalles farragosos, pero merece la pena saber que Michael Faraday, un químico y físico inglés que vivió durante la primera mitad del siglo XIX, se percató, grosso modo, de que las cajas metálicas colocadas dentro de la zona de influencia de un campo electromagnético se comportan como conductores en equilibrio electrostático. Esto significa que en el interior de la caja ese campo no tendrá efecto. Lo curioso es que la caja no tiene por qué tener paredes sólidas; también funciona con rejillas, lo que ha provocado que este efecto se conozca popularmente como Jaula de Faraday.

Jaula de Faraday

Los paneles metálicos del chasis de nuestro PC actúan como una auténtica Jaula de Faraday, protegiendo eficazmente los delicados componentes electrónicos que se aglutinan en su interior de los campos electromagnéticos y otras perturbaciones ambientales. En consecuencia, os aconsejamos que mantengáis cerrada la caja de vuestro ordenador. Todos conocemos entusiastas que cambian con frecuencia componentes de su equipo y prefieren mantener uno de los paneles retirados mientras lo utilizan, pero estas prácticas pueden poner en serios apuros la integridad de los componentes más sensibles.
Caja PC

2. Ojo con la carga estática

Como hemos mencionado en el paso anterior, nuestro propio cuerpo puede almacenar una cantidad considerable de carga estática que es posible eliminar al entrar en contacto con otro cuerpo. Este trasvase de electrones puede ser suficiente para dañar alguno de los delicados componentes de la placa, por lo que es importante que, antes de acceder al interior de nuestro PC para, por ejemplo, instalar una nueva tarjeta o unidad, nos deshagamos de toda esta carga estática que acumulamos en la superficie de nuestro cuerpo.

La forma más sencilla de llevarlo a cabo consiste en tocar durante unos segundos alguna superficie metálica de considerables dimensiones, como por ejemplo el chasis del PC. Abrid bien las manos y colocadlas directamente sobre la caja metálica durante unos segundos (deberían bastar no más de 10). Una vez que lo hayáis hecho, podréis manipular su interior con bastante seguridad. No obstante, si vais a tenerlo abierto durante un período de tiempo considerable, puede ser una buena idea que repitáis esta operación para evitar que vuestro cuerpo vuelva a acumular demasiada carga estática.

Carga estática

Una curiosidad: los operarios de las cadenas de ensamblaje de dispositivos electrónicos y los trabajadores de los servicios técnicos suelen utilizar una pulsera conectada a tierra que libera a su cuerpo de la carga estática que puede acumular. De esta forma, la probabilidad de que dañen por contacto los aparatos con los que trabajan se reduce considerablemente.

Cambia la pila cuando sea preciso

3. Los síntomas de que algo no va bien

La pila de botón alojada en la superficie de todas las placas base es la responsable de preservar la fecha, la hora del sistema y, en general, los valores asociados a las variables de la BIOS. Gracias a ella, es posible mantener nuestra máquina desconectada de la corriente eléctrica durante un período de tiempo prolongado sin perder la configuración del sistema básico de entrada y salida. Por esta razón, el síntoma que suele delatar el momento en el que debemos cambiar la pila de la placa es la pérdida de la fecha y la hora.

En estas condiciones, también se irán al garete los demás valores de la BIOS (en principio no es nada grave porque entrará en vigor la configuración por defecto), pero lo más evidente es el error de la fecha y la hora porque ambos datos nos los muestra Windows en el extremo derecho de la barra de tareas.

Fecha y hora

4. Cómo proceder ante su instalación

Podemos adquirir nuestra nueva batería en cualquier relojería, aunque también la encontraremos en algunas tiendas de las grandes superficies. El procedimiento que debemos seguir para reemplazar la pila gastada es muy sencillo. Primero tenemos que desenchufar el PC de la corriente eléctrica. Después, retiraremos el panel lateral para acceder a su interior y, si hace falta, nos abriremos paso a través de los cables de alimentación y buses de datos hasta localizar sobre la placa de circuito impreso el zócalo en el que reside la pila gastada.

Para extraerla, solo tenemos que presionar sobre la pestaña metálica que la mantiene sujeta con la punta de un destornillador plano o un bolígrafo. Por último, colocaremos la nueva batería sobre el zócalo y presionaremos sobre ella con suavidad hasta que quede encajada. Cuando adopte su posición definitiva, debe sonar un clic.

Cambio de pila

Es importante tener presente que las pilas no se deben arrojar a los contenedores de basura convencionales. La forma más cómoda de reciclar esta pila consiste en depositarla en alguno de los muchos establecimientos comprometidos con el reciclaje de estas baterías, como por ejemplo las joyerías y estancos.

Reemplaza los condensadores quemados

5. Con una soldadora

Los condensadores se encuentran entre los componentes más delicados de los dispositivos electrónicos. En función de su diseño, en la superficie de las placas base, podemos encontrar entre 30 y 50 unidades, por lo que es fácil hacerse a la idea de su importancia. Un condensador es un componente electrónico pasivo capaz de almacenar energía eléctrica durante la fase de carga y de suministrarla cuando se produce la fase de descarga.

Aunque no se averían con frecuencia, cuando se estropean, suelen provocar que el PC se cuelgue o se comporte de forma errática, pudiendo, incluso, ser incapaz de arrancar. Por fortuna, no es difícil comprobar si uno o varios condensadores se han quemado, porque su superficie siempre aparece deformada o ennegrecida.

Este problema suele producirse cuando la fuente de alimentación del ordenador es incapaz de filtrar un pico de tensión, o bien lo genera ella misma a causa de una avería, y proporciona a uno o varios condensadores una tensión superior al umbral máximo que son capaces de soportar. En estas condiciones, suele producirse un arco entre sus electrodos, provocando que su contenido electrolítico se evapore, por lo que, literalmente, se queman. Afortunadamente, si somos cuidadosos, no es difícil reemplazarlos, aunque aconsejamos que solo los usuarios que están familiarizados con las soldadoras de precisión se aventuren a intentarlo. Un pequeño desliz y la placa podría quedar inservible.

Base condensador
Lo primero que debemos hacer es retirar de la superficie del PCB los componentes dañados. La forma más sencilla de hacerlo pasa por dar la vuelta a la placa y calentar ligeramente los dos contactos de la base del condensador que asoman por el reverso utilizando una soldadora de baja potencia. Cuando estén calientes, podremos extraerlo sin dificultad tirando directamente del condensador con unos pequeños alicates desde la parte superior de la placa base. Es esencial tener mucho cuidado para no dañar ninguno de los componentes adyacentes, ni tampoco las pistas cercanas de la placa de circuito impreso.

6. Sujeción del nuevo condensador

Los condensadores que debemos instalar en nuestra placa base deben tener las mismas propiedades físicas que los que hemos retirado, por lo que os aconsejamos que acudáis a una tienda de electrónica con los dispositivos quemados para que os proporcionen otros idénticos.
Condensadores
Fijar los nuevos elementos no es difícil. Solo debemos colocarlos en su lugar y soldarlos por el reverso de la placa base empleando una pequeñísima cantidad de estaño en cada contacto. No obstante, antes de hacerlo, debemos comprobar que los hemos colocado de manera que se respete la polarización correcta; de lo contrario, se quemarán. Prestad mucha atención a su colocación y emplazadlos exactamente como estaban los condensadores originales.

Fuente:  http://www.pcactual.com/articulo/zona_practica/paso_a_paso/paso_a_paso_hardware/12499/atrevete_reparar_los_elementos_danados_placa_base.html

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