Sumario
1. Contenido comprometido
2. Formularios sin memoria
3. Publicidad dirigida
4. Varias cuentas
5. Internet Explorer
6. Mozilla Firefox
7. Google Chrome
8. Safari para Mac
Algunas cosas de las que no podemos librarnos
Os invitamos a descubrir las ventajas de la navegación en modo
privado y a utilizarlo cuando sea recomendable; así, no tendréis que
borrar las cookies ni el historial al finalizar vuestra sesión.
Al navegar por Internet siempre queda alguna huella, como las cookies, el historial o la caché web; por ello, Apple en 2005 con Safari empezó a ofrecer un modo que permitía mantener una sesión de navegación sin que la información fuera almacenada.
A
partir de ese momento, el resto de compañías incluyeron dicha
funcionalidad. En este paso a paso, vamos a ver cómo aprovechar la navegación privada en Internet Explorer, Google Chrome, Firefox y Safari.
Cuándo evitar dejar rastros
1. Contenido comprometido
A
la hora de visitar páginas web que pertenezcan a nuestro ámbito más
íntimo y personal, puede resultar decisivo hacerlo mediante lo que
llamaremos de forma genérica «modo privado». En caso
contrario, es posible que, al abrir nuestro navegador ante terceras
personas (o al ser manejado por otros) y comenzar a teclear una URL,
podemos encontrarnos con la desagradable situación de que el navegador nos recuerde alguna de las webs visitadas.
Igualmente, si necesitamos buscar información sobre algún tema delicado
y no queremos que nadie pueda averiguar qué hemos estado buscando, no
debemos dudar en emplear este modo.
2. Formularios sin memoria
Hay algunos navegadores que, de manera predeterminada, recuerdan todo lo introducido en los formularios web
y, cuando hay que volver a rellenar otro, completan los campos
recordando lo que escribimos. Este procedimiento puede resultar práctico
en alguna ocasión, pero también puede acabar resultando un incordio o,
incluso, un agujero de seguridad. Por tanto, si vamos a rellenar un formulario y no queremos que su información pueda autocompletarse, navegaremos en «modo privado».
3. Publicidad dirigida
Cuando navegamos por ciertas páginas web es frecuente que la publicidad
que aparece esté relacionada con su contenido. Esto ocurre porque, al
visitar un sitio web que incluye contenido de un proveedor, se le envía a
este la información y, cuando visitamos otro sitio con un contenido
similar, se crea un perfil sobre nosotros y nuestras preferencias de
navegación.
Asimismo es posible que hayas comprobado que, cuando un compañero y tú hacéis la misma búsqueda en Google,
obtenéis distintos resultados. Esto se debe a que, basándose en las
búsquedas realizadas y en otros criterios, algunos algoritmos permiten
de manera selectiva «adivinar» o intuir qué información le gustaría ver a
un usuario. Con el «modo privado», evitaremos que Google nos trate de manera personalizada.
4. Varias cuentas
Otro de los escenarios en los que la privacidad
resulta esencial es a la hora de acceder a un mismo servicio con
diversas cuentas manteniendo varias sesiones abiertas. Por ejemplo,
imagina que iniciamos sesión en Gmail y alguien nos pide permiso para acceder a su correo; simplemente abriremos una pestaña de navegación privada para
él sin cerrar nuestra cuenta, ya que las pestañas que estén abiertas en
nuestra sesión no serán accesibles y se volverán a restaurar tal y como
las dejamos al salir del «modo privado».
Usa el navegador que más te guste
5. Internet Explorer
Para entrar al «modo privado» de Internet Explorer 10, conocido como InPrivate, abrimos el navegador y, en la esquina superior derecha, nos dirigimos a Herramientas/Seguridad/Exploración de InPrivate. Otra opción es usar el atajo de teclado Ctrl+Mayúsculas+P
para alcanzara la ventana que nos permitirá navegar sin ser visto.
Todas las pestañas que abramos a partir de entonces se hallarán bajo
dicho modo.
Ahora bien, si manejamos Internet Explorer desde la interfaz de Windows 8,
tenemos que acceder al navegador y hacer clic con el botón derecho del
ratón en cualquier lugar para desplegar lo que sería el equivalente al
menú contextual de Windows en modo escritorio. En la parte superior,
observaremos que se van colocando las páginas web que abrimos, pues ahí,
en la zona derecha, hacemos clic en el botón con tres puntos suspensivos y optamos por Nueva pestaña InPrivate.
6. Mozilla Firefox
Si trabajamos con Firefox, lo abriremos y haremos clic para desplegar su menú de opciones y escogemos Iniciar navegación privada, o bien podemos recurrir a la combinación de teclas Ctrl+Mayúsculas +P. No debemos preocuparnos por las pestañas que tengamos abiertas, estas se guardarán y restaurarán al salir de la navegación privada.
7. Google Chrome
El procedimiento para el desarrollo de Google, Chrome, es muy similar a lo visto hasta ahora. Acudimos a su configuración y escogemos la opción Nueva ventana de incógnito, o bien pulsamos Ctrl+Mayúsculas+N. Ya tenemos a nuestra disposición una ventana de navegación donde surcar la web sin deja huella de nuestro paso.
8. Safari para Mac
Si nuestro equipo es un Mac y navegamos con el navegador web de Apple, encontrándonos en él desplegamos el menú Safari y ahí escogemos Navegación privada…. A la derecha de la barra de direcciones, podremos ver que aparece Privado, con lo que ya estaremos en dicho modo.
Algunas cosas de las que no podemos librarnos
Información introducida:
Las webs podrán recopilar la información que introduzcamos en ellas
durante la navegación, compartirla y emplearla para cualquier fin. Por
tanto, debemos ceñirnos a navegar por páginas web seguras y de
confianza.
Malware: Si nuestro sistema está
infectado por algún software malicioso que capture, por ejemplo, las
pulsaciones, seguirá haciéndolo igualmente. Es por ello que no estamos a
salvo del malware que habite en nuestro sistema.
Control: Si tu empresa lleva un registro de las conexiones web establecidas, el «modo privado» no te librará de ello.
Proxy:
La salida a Internet se sigue realizando con nuestra dirección IP, por
lo que no nos encontramos ante un proxy o similar, no es este su
cometido.
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