Lección 7
Duración de la intervención
Duración de la intervención
La duración de la intervención condiciona
la preparación del discurso.
No es lo mismo preparar una intervención de 5 minutos que una de hora y media.
Cuando se prepara un discurso hay que
intentar ajustarse a un tiempo algo inferior al que uno
tiene previsto, ya que durante el mismo es frecuente que uno tienda
a extenderse (saludos, agradecimientos, alguna anécdota improvisada,
etc.)
Siempre es preferible quedarse corto que sobrepasar el tiempo asignado. El público agradece la brevedad.
Hay que tener presente la posibilidad
de que en el último momento los organizadores del acto modifiquen
la duración de la intervención, bien ampliándola (porque un
conferenciante no haya podido asistir), bien recortándola (porque
el acto marche con retraso).
El orador debería llevar preparado material adicional (otros argumentos, anécdotas, ejemplos, transparencias, etc.) por si tuviera que hablar más tiempo del previsto.
Durante el discurso hay que controlar
el tiempo (tener un reloj a la vista que se pueda mirar discretamente),
tratando de que la intervención se vaya desarrollando según lo
previsto, evitando agotar el tiempo con el discurso todavía
por la mitad.
No hay que olvidar que una de las partes principales del mismo es la conclusión, a la que hay que dedicar el tiempo necesario para poder desarrollarla convenientemente.
Si el discurso es extenso el
orador no debería confiar únicamente en su memoria ya que corre
el riesgo de olvidar algún punto fundamental o, peor aún, de quedarse
en blanco.
Es conveniente en este caso llevar preparadas fichas de apoyo que le pueden servir de guía a lo largo de su exposición.
Por último, una idea que hay que tener
siempre presente:
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