jueves, 27 de abril de 2017

Los poderosos micros Intel i5 e i7


Después de haber sido lanzados a nivel mundial hace varios meses, finalmente los nuevos microprocesadores de la compañía Intel llegaron al mercado argentino, donde los usuarios más exigentes esperaban con ansias la noticia. Además, ahora no sólo es posible adquirir los poderosos Intel Core i5 e i7, sino que también los consumidores del país podrán acceder a la compra de toda la línea de motherboards que la empresa presentó para ser usadas en conjunto con dichos micros. 

Intel
En general, debido a las fabulosas prestaciones que ofrecen estos nuevos microprocesadores de Intel, es evidente que están dirigidos a aquellos usuarios que utilizan sus computadoras al límite de sus rendimientos.

Los micros Core i5 e i7 son ideales para aquellos que realizan importantes trabajos de edición multimedia
, o bien para los amantes de los juegos más modernos y complejos, ya que permiten alcanzar una notable velocidad de procesos. 

Fabricados en silicio, estos nuevos chips de la compañía líder en informática Intel, se caracterizan por incorporar una serie de significativos cambios, con el fin de alcanzar la máxima potencia. Se podría asegurar que en la actualidad son los micros más potentes del mercado.

Intel Turbo Boost 

Entre algunas de las nuevas características que presentan los Core i5 e i7, cabe destacar que incluye la tecnología denominada Intel Turbo Boost, que permite a los usuarios administrar de forma sistemática la técnica de Overclocking realizada en los procesadores, para obtener una optimización real del rendimiento del equipo. 

Tegra 

Los nuevos micros de Intel utilizan sistemas de procesos como es el caso de Tegra, mediante el cual es posible mejorar el uso de los núcleos, ya que ante un proceso demandante éste es asignado a un sólo núcleo por vez, lo que permite de esta manera disminuir el consumo en los cores inactivos. 

Hyper-Threading 

Asimismo, los nuevos Core i5 e i7 utilizan el sistema Hyper-Threading, que ofrece la posibilidad de maximizar el rendimiento multitarea, a través de la utilización de dos instancias de ejecución en un mismo núcleo. De esta manera, es posible trabajar con ocho núcleos simultáneamente. 

Debido a las nuevas tecnologías implementadas en estos nuevos microprocesadores, ha sido posible lograr un aumento notable en la velocidad de los procesos más complejos, tales como renderización de video y gráficos digitales.

Es por ello, que los poderosos Intel Core i5 e i7 son ideales para aquellos usuarios gammers, los que trabajan con edición de video, y quienes realizan habitualmente animación digital. 

Sin lugar a dudas, se tratan de los micros más potentes del mercado actual, ya que tanto el i5 como los modelos de i7 están compuestos por cuatro núcleos basados en Lynnfield de 45nm, y disponen una memoria caché de 8 Mb. 

El más económico de la línea es el modelo Core i5-750, que tiene un valor de aproximadamente 199 dólares, y entre sus características principales cabe destacar que posee un rango de frecuencias de 2,66 Ghz. 

Le siguen el modelo Core i7-860, que ronda los 285 dólares, y la en gama más alta se encuentra el Core i7-870, con un precio de 555 dólares, que alcanza un rango de frecuencias de 3,6 Ghz. 

Según información oficial difundida por su fabricante, los nuevos micros de Intel logran ser aproximadamente un 20% más rápidos que cualquier otro de su especie
, permiten reducir su consumo en un 50%, y gracias a la utilización de la microarquitectura Nehalem poseen un diseño más reducido. 

Para todos los gustos 

Para los usuarios de notebooks también han sido lanzados diversos modelos de Core i7 para portátiles en su línea Core i7 Mobile, tales como el i7-920XM, con una velocidad de hasta 3.2 Ghz, el i7-820QM, con una velocidad de hasta 3.06 Ghz, y el i7-720QM con una velocidad de hasta 2.8 Ghz. 

Por Graciela Marker para Informática-Hoy 

lunes, 17 de abril de 2017

Qué es un SSD, cómo funciona y que tipos existen

Qué es un SSD y cómo funciona

Poco a poco el SSD se ha convertido en un elemento imprescindible dentro de una buena configuración de ordenador, tanto en portátiles como en sobremesa. Su espectacular rendimiento respecto a los tradicionales discos magnéticos ha supuesto un gran cambio en cuanto a velocidad de manejo dentro del sistema operativo y con aplicaciones.
Si queréis saber cómo funciona un SSD, antes debemos entender el funcionamiento de un disco duro para darnos cuenta de las diferencias entre los SSD y los discos durostradicionales.
Como muchos sabéis, un disco magnético, como su propio nombre indica, consta de un plato imantado en su interior que mediante su rotación es capaz de almacenar información de una manera similar a la que nos encontramos en un DVD o en un vinilo de música. Gracias a un cabezal que debe colocarse sobre una posición concreta para la lectura de la información grabada en el disco.
Si tenemos en cuenta que el disco está constantemente girando, junto a que el cabezal debe estar alineado sobre un área concreta del disco para la lectura o escritura del mismo, lo que obtenemos es que el tiempo de acceso no es inmediato. Esta situación se ve perjudicada por los sistemas de ahorro de energía, que reducen la velocidad del disco, o incluso pueden llegar a pararlos.
Este es el motivo por el que los discos de mayores revoluciones tienen tasas de lectura, escritura y tiempo de acceso más rápidas. Además, para aumentar este incremento de rendimiento se busca utilizar platos más pequeños, y memoria caché más grande y rápida. De esta necesidad de mayor rendimiento surgieron los WD velociraptor que alcanzaban las 10000 rpm. En cualquier caso, el tiempo de acceso de los discos duros, que suele medirse en milisegundos, es claramente más elevado que el del procesador.

Los SSD entran en escena

Dadas unas limitaciones físicas imposibles de superar (incluso ahora) por esta tecnología, lo cierto es que siempre que se requiera de partes móviles para su funcionamiento no es posible conseguir mejores prestaciones que las que ya se han conseguido.
Y es aquí cuando la memoria NAND hace su aparición. Esta memoria basa su estructura en transistores de puerta flotante (o transistores floating-gate). La diferencia entre este tipo de transistores y los que usan la memoria DRAM, es que estos últimos deben tener una carga eléctrica con una frecuencia de refresco constante para mantener los datos almacenados. Este es el motivo por el que la memoria RAM de nuestro ordenador se vacía al apagar el ordenador.
La memoria NAND está diseñada para mantener su estado de carga aun cuando no está recibiendo corriente eléctrica, con lo que se consigue mantener la información. Por lo tanto, es un tipo de memoria no volátil, al igual que lo era la que podríamos decir que es su precursora, la EEPROM.
El funcionamiento de la memoria NAND tiene sus particularidades en el diseño de cada celda de memoria. Los electrones son almacenados en el puente flotante, de forma que toma una lectura de 0 cuando está cargado, o 1 si está vacío. Son unos valores opuestos a lo que se suelen utilizar.
La memoria NAND está organizada como una matriz. Si bien la matriz completa se entiende como un bloque, las filas que componen esta son referidas como páginas. Lo normal es que las páginas tengan tamaños que varían entre los 2K y 16K, con unas 256 páginas por bloque, de forma que el tamaño de estos varía entre los 256KB y los 4 MB.
¿En que se traduce todo esto? La mayor ventaja de los SSD con los HDD reside en la ausencia de partes móviles, lo que les permite obtener unas velocidades que son inalcanzables por los discos duros.

Tipos de SSD

Ya hemos hablado de una manera muy general de cómo funciona un SSD, con el particular funcionamiento de la memoria NAND, donde la estructura de cada celda es diferente a la de otro tipo de memorias.
Pero no hemos hablado de la cantidad de información que es capaz de almacenar una sola celda, y es aquí donde podemos clasificar los SSD en tres tipos principales según el número de bits almacenados en cada celda.

SLC [Single Level Cell]

Este tipo de estructura es en la que se realizó el primer SSD. Aquí podemos almacenar un bit de información en cada una de las celdas de la memoria NAND. Esto en primer lugar implica una menor densidad de memoria, algo que se debe tener en cuenta a tenor de las altas capacidades demandas hoy en día, donde conseguir un gigabyte de memoria equivale a tener unos diez mil millones de celdas.
Toshiba SSD SAS
Aquí el papel que juega el proceso de fabricación para conseguir un tamaño de celda muy pequeño es fundamental. En cualquier caso dado que es el modelo que más celdas necesita para almacenar la información, es consecuentemente el SSD más caro de fabricar.
A cambio, es también el que mejor rendimiento ofrece es el más elevado, es el más fiable con más de 100000 operaciones de borrado garantizadas. Hoy en día su uso está limitado a nivel industrial y profesional, en grandes servidores o workstations.

MLC [Multi Level Cell]

La diferencia entre los SSD MLC y SLC reside en que el primero es capaz de almacenar 2 bits por celda. Esto supone duplicar la densidad de la memoria con respecto al SLC, lo que supone una gran ventaja en términos de capacidad máxima de almacenamiento y precio. Son este tipo de unidades las más comunes con respecto a las unidades  SSD que podemos encontrar en el mercado, a pesar de que esto está cambiado.
SSD Samsung 850 Pro con memoria MLC
Las contrapartidas de los SSD MLC vienen dadas por la pérdida de rendimiento e incremento de la degradación con respecto a los SLC. Hemos de tener en cuenta que tener 2 bits implica ofrecer 4 estados diferentes para cada celda, por lo que la lectura de cada celda es más lenta, y estas empiezan a fallar antes.

TLC [Triple Level Cell]

Aquí ya pasamos a tener 3 bits por celda, consiguiendo un empaquetamiento aún más eficaz, con más memoria por chip, se consigue obtener el precio de fabricación y venta más económico. Este tipo de SSD teniendo una gran acepción en el mercado, con modelos de precio muy económico como el Samsung 850 Evo o el OCZ Trion.
SSD OCZ Trion con memoria TLC
Aquí los estados pasan a ser 8, por lo que la perdida de rendimiento es aún mayor que en los MLC. En cualquier caso hablamos de una pérdida de rendimiento pequeña si lo comparamos con el enorme salto que existe con respecto a los discos duros. La fiabilidad también es apreciablemente menor, aunque en este sentido hay que decir que la degradación de los SSD es mucho menor gracias a diferentes tecnologías como TRIM, por poner un ejemplo.

¿Qué es TRIM?

Para entender qué es el TRIM, vamos a hablar de cómo borra datos un SSD. Si bien todos sabemos que escribir y leer datos de un SSD es un proceso muy rápido, no lo es tanto el hecho de reescribir sobre una celda ya escrita.
Mientras que un SSD puede escribir en una fila, solo puede borrar a nivel de bloque, sin poder determinar el contenido útil. La única manera que tiene para eliminar el contenido de una página concreta es copiar el contenido de las filas útiles en memoria, borrar el bloque y volver a escribir los contenidos del bloque antiguo en el nuevo. Este proceso es conocido como Gargabe Collection.
Imagen de Wikipedia
En caso que el disco esté lleno, el SSD debe escanear en busca de bloques que estén marcados para su borrado, y entonces borrarlos y escribir el contenido. Este es el motivo por el que los discos SSD se degradan conforme pasa el tiempo y realizamos diferentes escrituras.
TRIM es una tecnología que establece una intercomunicación entre el sistema operativo y el controlador del SSD para decirle que bloques han sido borrados. Hay que tener en cuenta que cuando borramos un archivo en nuestro sistema operativo, el sistema operativo lo que hace es marcar los bloques como no usados, pero esto no quiere decir que estén borrados de la unidad. Para hacer esto, es el sistema operativo el que le dice al SSD cuáles son los bloques de debe borrar.
Como es una tecnología dependiente del sistema operativo, es este el que debe integrar esta característica. En el caso de Microsoft este lleva integrado desde Windows 7, mientras que Apple lo incluyo a partir de Snow Leopard.

El controlador

Si un SSD fuera una persona, el controlador sería el cerebro. Es el verdadero artífice de la gestión de los archivos, y la velocidad con la que estos son almacenados. A nivel técnico no dista en exceso de lo que es un propio ordenador, ya que cuenta con una interfaz de entrada, un procesador, memoria caché, además de memoria ram de tipo DDR2 o DDR3 para manejar la NAND.
Algunos modelos utilizan sus propios algoritmos de compresión para que el número de escrituras sea menor y así prolongar la esperanza de vida de los mismos, compensando la teórica debilidad de las memorias MLC o TLC.
Si bien existen fabricantes independientes como marvell o sandforce que realizan los controladores para que después los fabricantes los integren en sus propios diseños, hoy en día la tendencia es que sea el fabricante el que realice su propio controlador, siguiendo el modelo de Samsung con su afamado 850 EVO.

Formatos y protocolos

En un principio es cierto que podíamos encontrar primigenios SSD funcionando sobre interfaces IDE, pero no fue hasta la llegada de los discos sata donde se popularizó el uso de los SSD. Para ser más concretos, fue el protocolo SATA 2 el que abrió la veda a los SSD para usuarios, que con una velocidad máxima de hasta 300 MB/s, sólo estos eran capaces de alcanzar tales velocidades, sumado al tiempo de acceso infinitamente más rápido, fueron acogidos como el futuro de la informática.
Conectando un SSD SATAImagen de un SSD con conectores SATA
Posteriormente surgieron el SATA 3 que duplico la tasa de transferencia hasta 600 MB/s, y los SSD han seguido llegando al límite que ofrecía el protocolo, haciendo la diferencia con los discos duros magnéticos más y más grande.
El nuevo protocolo NVMe es capaz de utilizar un ancho de banda extremadamente mayor, utilizando canales pci-express y alcanzando valores por encima de los 2000 MB/s, aunque aquí ya no hablamos de SSD con el formato más popular del momento. No cabe duda que el formato más popular del SSD es el 2,5”. Ofrece un tamaño compacto, se adapta perfectamente al tamaño de su pcb, y es compatible tanto con portátiles como sobremesa. Algún fabricante se atrevió a lanzar modelos con formato 3,5”, pero que fueron recibidos con poco éxito.
Imagen de un SSD M.2
Hoy en día también son muy utilizados los modelos con formatos aún más reducidos. El mSATA surgió como una unidad especializada en portátiles muy compactos que no eran capaces de utilizar unidades de 2,5” que se quedaban grandes para lo que necesitaban en su interior. Este formato finalmente ha desaparecido en favor del M.2, un sistema mucho más avanzado, y que hoy en día cuenta con un amplio catálogo de productos, con unidades que utilizan protocolos SATA o el NVMe.

¿Cuál es el futuro del SSD?

Parece que es cuestión de pocos años para que el SSD conquiste el mercado del almacenamiento en los ordenadores. Aunque aún están lejos de alcanzar los tamaños de los discos magnéticos, estos cada vez ofrecen precios más competitivos, donde en apenas pocos años han pasado de soñar por un precio por debajo de 1 gigabyte por un euro a conseguir casi 4 por el mismo dinero.
Imagen del PCB de un SSD
La duda surge con la utilización de la NAND. Su funcionamiento sigue siendo efectivo, y el rendimiento que son capaces de ofrecer es realmente espectacular en comparación con los discos magnéticos, hasta el punto que según el uso al que destinemos nuestro SSD, no apreciaremos una gran diferencia de rendimiento en el día a día con un SSD con protocolo NVMe que con un modelo SATA de hace unos años.
Pero es cierto que nuevas tecnologías están por venir como la ya presente 3D NAND, o la memoria de cambio de fase recientemente presentada por IBM pueden ser hitos que cambien la concepción que tenemos de los ordenadores. Pero hasta entonces, comprar un SSD es una garantía de tener un rendimiento superior y una experiencia de uso que poco tiene que ver respecto a un disco magnético.

Cambia de placa sin reinstalar todo

Si vas a cambiar de placa base y tu equipo tiene Windows 7, no tienes que reinstalar el sistema operativo, basta con que acudas a la utilidad del sistema Sysprep (siempre y cuando las placas utilicen el mismo chipset)


Símbolo del sistema


14 diciembre 2012
Si vas a cambiar de placa base y tu equipo tiene Windows 7, no tienes que reinstalar el sistema operativo, basta con que acudas a la utilidad del sistema Sysprep (siempre y cuando las placas utilicen el mismo chipset).
Antes de comenzar, haz una copia de seguridad de todos los archivos y datos, por si no fueras capaz de completar el proceso con éxito, pues es complejo. Al mismo tiempo, asegúrate de tener a mano las licencias de las aplicaciones que tienes instaladas (pues el sistema antipiratería de alguna de ellas puede detectar que has cambiado la placa base y te puede pedir que la introduzcas antes de usarla de nuevo) y elimina las aplicaciones de Adobe y los juegos instalados.
A continuación, abre una ventana de Símbolo del sistema (pulsa en el botón de Inicio/todos los programas/accesorios). Ahora, en línea de comandos, escribe %windir%\ System32\Sysprep\Sysprep.exe y aparecerá una nueva ventana (Herramienta de preparación del sistema).
Asegúrate de que no hay ningún programa ejecutándose y selecciona: Iniciar la configuración rápida (OOBE) del sistema, activa la casilla Generalizar y, en Opciones de apagado, indica Apagar. Una vez hecho, pulsa en aceptar.
A continuación, sustituye la placa base por la nueva y vuelve a encender el ordenador. No te alarmes si parece que el equipo se está instalado por primera vez, crea una nueva cuenta de usuario (la tuya no estará disponible aún) y, cuando completes el proceso, podrás volver a utilizar tu cuenta de usuario, junto a tus aplicaciones y documentos.
Eso sí, puede ser necesario que instales de nuevo algunos controladores de la placa. Solo una cosa más, se trata de un proceso complejo, por lo que has de tener cuidado.

Qué sistema de almacenamiento es mejor: SSD, SSHD o HDD

Qué sistema de almacenamiento es mejor: SSD, SSHD y HDD

No existe una respuesta concreta para esta pregunta que en principio podría parecer sencilla, ya que no todos los usuarios priorizan lo mismo a la hora de elegir el tipo de almacenamiento que necesita instalar en su ordenador.
Seguramente, si le preguntas a tu cuñado, ese que sabe tanto de informática, te dirá que sin dudarlo la mejor opción es montar un SSD para que tu ordenador vuele. En cierto modo, razón no le falta. Pero no es el único factor a tener en cuenta a la hora de elegir el soporte de almacenamiento para tus datos.
Conocer las características de cada uno de los sistemas de almacenamiento de datos te ayudará a decidir entre un disco SSD, HDD o SSHD, dependiendo del uso que le vas a dar. Igual al final resulta que la mejor opción para ti es utilizar un disco duro de toda la vida. ¡Quién lo iba a decir!
Antes de nada, conviene saber qué significan todas esas siglas que dan nombre a estos sistemas de almacenamiento y qué factores influirán en la decisión sobre cuál de ellos es más conveniente para ti.
Teniendo en cuenta algunos estos factores, la elección entre los discos HDD, SSD o SSHDprácticamente se tomará por sí sola, o como mínimo te servirán para sopesar las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos tipos de almacenamiento.

¿Qué significa SSD, HDD y SSHD?

Los distintos tipos de almacenamiento disponibles en la actualidad son fácilmente identificables por sus siglas en inglés.
Las tradicionales unidades de disco mecánico o HDD (Hard Disk Drives) son las que probablemente ya conoce todo el mundo y constan de una serie de discos que giran a gran velocidad sobre un eje, mientras un cabezal magnético cambia de posición para escribir o leer los datos de la superficie de los discos.
Por otro lado, tenemos a las pujantes unidades de estado sólido o SSD (Solid State Drive) que utilizan chips de memoria no volátil para almacenar los datos. Dado que todo el proceso de lectura y escritura se realiza mediante impulsos eléctricos, los discos SSD no cuentan con piezas móviles en su interior.
El tercer sistema de almacenamiento son las unidades híbridas de estado sólido o SSHD (Solid-State Hybrid Drive). Este tipo de almacenamiento es un híbrido que utiliza las tecnologías de SSD y HDD para hacerlas trabajar juntas en un solo dispositivo.
Este tipo de almacenamiento es un híbrido que utiliza las tecnologías de SSD y HDD
Consiste en un sistema de discos mecánicos exactamente igual al que puedes encontrar en cualquier HDD, y una parte en la que se integran varios chips de memoria como los utilizados en el almacenamiento SSD. El conjunto se completa con una controladora que gestiona y decide que los datos a los que accedes más habitualmente se guarden en la parte SSD, mientras que los archivos que usas de forma esporádica, pasan al sistema HDD. Todo ello de forma totalmente automática ya que en el equipo aparece como una única unidad conectada (no una SSD y otra HDD).

Capacidad

Si estamos hablando de soportes de almacenamiento de datos es obvio que la capacidad de almacenamiento de las unidades debe ser un factor de peso.
En este aspecto, tanto las unidades HDD como los SSHD, son los dos claros vencedores con respecto a los SSD ya que ofrecen mejores capacidades para almacenar datos en ellas.
Tal vez la tecnología SSHD se encuentra un poco más limitada en este aspecto ya que por el momento no se pueden encontrar unidades de estas características con capacidades mayores de 2 TB, mientras que no es complicado encontrar discos duros HDD con hasta 10 TBcapacidad.

Velocidad

Si lo que buscas es que, por encima de su capacidad de almacenamiento, tu unidad de almacenamiento cuente con una gran velocidad a la hora de gestionar tus datos, la elección está más que clara: el SSD es tu sistema de almacenamiento.
En términos de velocidad las unidades SSD no tienen rival ya que, al no existir componentes móviles, la ejecución de las órdenes de lectura o escritura son instantáneas, así como la devolución de los datos solicitados.
Estos efectos de la mejora de las unidades SSD son especialmente notorios durante el arranque del sistema o al iniciar programas.
Las unidades SSHD también ofrecen un buen rendimiento en este aspecto, ya que utilizan su parte SSD para acelerar este tipo de tareas, pero sin tener que sacrificar la capacidad de almacenamiento para obtener una velocidad similar.
El que sale peor parado en este aspecto es el HDD.
SSD es el sistema de almacenamiento más rápido.
No obstante, en lo que a velocidad se refiere, existen diferentes categorías dentro de los HDD.
Existen algunos discos duros de altas prestaciones que ofrecen unas prestaciones por encima de la media, gracias a mejoras en las controladoras o en los sistemas de gestión de los cabezales y velocidad de giro de los discos.
Otros en cambio están pensados para economizar recursos energéticos, por lo que ofrecen un rendimiento por debajo de la media.

Fiabilidad y durabilidad

¿Cuánto tiempo pueden permanecer mis datos guardados en un disco duro?Lamentablemente nadie te podrá certificar a ciencia cierta cuánto tiempo se podrán mantener tus datos almacenamos en un soporte de almacenamiento ya que depende de varios factores.
Estadísticamente, las unidades SSD son más resistentes al paso del tiempo ya que la ausencia de pieza móviles minimiza la probabilidad de fallo mecánico y son más resistentes a los daños por pequeños impactos que pudieran sufrir al estar montados en un portátil.
Los discos duros mecánicos tienen una durabilidad más larga
No obstante, la durabilidad no es el fuerte de las unidades SSD ya que las celdas de memoria de los discos SSD soportan un determinado número de operaciones de escritura y lectura y, aunque dependiendo del uso que le des puedes tardar años en llegar a ese límite, una vez superado ese número de operaciones nadie puede garantizarte que los datos que contiene ese soporte de almacenamiento SSD comienza a dar fallos de escritura o lectura corrompiendo los datos.
Los discos duros híbridos también están afectados por el mismo problema, aunque el uso combinado de ambas tecnologías minimiza el uso de la memoria SSD que no sufre tanto desgaste como las unidades SSD dedicadas y le da un margen más amplio.
Los discos duros mecánicos, a pesar de que como hemos comentado son más susceptibles a averías mecánicas a causa de pequeños impactos o por fallos mecánicos, tienen una durabilidad más larga que el resto de sistemas de almacenamiento, por lo que es posible mantener guardados tus datos durante más tiempo.

Formato y peso

El formato del disco duro es otro de los aspectos a tener en cuenta ya que este será decisivo para decidir cuál es el sistema de almacenamiento adecuado para ti.
El formato del disco duro es otro de los aspectos a tener en cuenta
En los ordenadores de sobremesa el factor de forma de las unidades de almacenamiento o su peso no tienen mayor importancia, pero cuando se trata de ampliar la capacidad de almacenamiento de un portátil o ultrabook, la cosa se complica.
En primer lugar, hay que tener en cuenta el grosor de la unidad que el portátil admite, ya que tanto los HDD, como las unidades híbridas de 2,5” ofrecen modelos de 7 y 9,5 mm. Si eliges una unidad demasiado gruesa, es posible que te lleves una desagradable sorpresa al intentar cerrar la tapa del compartimento del disco duro. Tanto las unidades SSHD como las HDD tienen un peso similar por lo que, en este sentido, cualquiera de ellas es buena alternativa.
Las unidades SSD, en cambio, si tienen cierta ventaja en este sentido ya que las unidades con formato 2,5” tienen unos grosores de entre 5 y 7 mm. Pero además existen soluciones de almacenamiento SSD en otros formatos y conectores diferentes que permiten tamaños realmente compactos como los discos M2 o los mSATA.
Existen soluciones de almacenamiento SSD en otros formatos y conectores diferentes

Consumo energético

El consumo energético no debería ser un factor determinante a la hora de comprar un disco HDD, un SSD o un disco duro híbrido.
El supuesto en el que más podría afectar el consumo energético del soporte de almacenamiento podría ser en los portátiles, pero la diferencia de consumo entre un SSD y cualquier disco HDD o SSHD no supera el 10% del consumo, por lo que apenas ganarías unos minutos en la duración de la batería, siempre que estés utilizando el perfil de ahorro energético adecuado.

Precio

El precio es otro de los factores clave a la hora de elegir el sistema de almacenamiento para tu ordenador.
En términos generales, los HDD son los que mejor relación precio/capacidad ofrecen, siendo los más interesantes en este aspecto.
Las unidades SSD son las que más sufren en este aspecto ya que las de mayor capacidad continúan teniendo unos precios prohibitivos que superan hasta en cinco veces el precio de sus homólogos con tecnología HDD, y a pesar de haber bajado mucho su precio durante el último año.

En este aspecto, los discos SSHD se sitúan a medio camino entre los elevados precios de los SSD y los económicos HDD. De forma que, por el mismo precio de un HDD de altas prestaciones, puedes hacerte con un SSHD que te ofrece un rendimiento superior.

Entonces, ¿debería comprarme un HDD, un SSD o un SSHD?

Tal y como ya habrás deducido en el transcurso de la lectura de este artículo, solo tú tienes la respuesta a esa pregunta, y depende mucho del uso que vayas a hacer de él y de las necesidades del equipo en concreto.
Si tienes un ordenador o portátil que ya no funciona tan fluido como cuando lo compraste, pudiendo renunciar a parte de su capacidad de almacenamiento, un SSD es, sin duda alguna, la mejor elección.
Si en ese mismo equipo no puedes renunciar a la cantidad de almacenamiento, con un SSHD notarás una mejoría destacable en su fluidez, manteniendo la capacidad.
Estos sistemas no son excluyentes y puedes combinarlos para mejorar sus prestaciones.
Si por el contrario, la prioridad es aumentar la capacidad de almacenamiento de tu equipo, la alternativa más económica y fiable es elegir un disco duro mecánico de gran capacidad.
No obstante, estos sistemas no son excluyentes, por lo tal vez podrías cambiar la configuración de tu equipo para instalar una unidad SSD para el sistema, mientras que todos tus archivos podrían quedar almacenados en uno o varios HDD.